Fejal. Fé en Jalisco

Comprometidos con el Desarrollo Social de Jalisco.

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Navor HDB

Historias de Bienestar ELA

Navor

A mi casa llegaba estresado del trabajo. Enojado. A veces, hasta regañado. Toda esa frustración que llevaba cargando, la desquitaba con mis hijos. Ellos me querían recibir con un abrazo y un beso pero yo les decía: “háganse para allá, hoy no quiero abrazos ni besos”. No me daba cuenta cómo los estaba dañando. Con mi esposa también me desquitaba.

Yo siempre he intentado ser cariñoso con mi familia, pero cometía el error de llevarme a mi casa el enojo y frustración que vivía en el trabajo. Con ELA he aprendido que los problemas del trabajo se quedan allí, y que a mi casa debo llegar tranquilo y feliz, porque mis hijos y mi esposa me quieren y me lo demuestran desde que abro la puerta.

Una de las cosas más importantes que aprendí con ELA, que ya sabía, pero que con el paso del tiempo había olvidado, es lo importante del respeto y la buena comunicación. Cuando leímos el módulo de autoconocimiento, la parte relacionada a los valores, me di cuenta que yo le faltaba el respeto a mis hijos, a mi esposa y a mis compañeros de trabajo. Comencé haciéndolo ocasionalmente, pero después, ya era mi forma normal de relacionarme y no me daba cuenta. Ahora yo trato a todos con respeto y así es más fácil que ellos me traten a mí con respeto, y si no lo hacen, se los pido educadamente.

Uno se debe comunicar con las palabras adecuadas y con amabilidad, eso es mejor que una comunicación a medias. Lo he puesto en práctica y me ha ayudado a hacer mejor mi trabajo. Ahora tengo mejor relación con mis compañeros y también le entrego mejores resultados a los clientes, porque ya sé con exactitud qué servicio requieren.

Yo recomiendo este programa porque si tú quieres ser una buena persona, tienes que hacer cosas buenas, y este programa es lo que nos enseña.


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